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La culpa y el sistema sacrificial (parte 2)

 

Comenzaremos este recorrido con una historia reciente. Un joven con una promisoria carrera, hijos que lo adoraban, un buen empleo y comodidad laboral, empezó a enfermar gravemente y, en pocos meses, falleció. Su organismo dejó de funcionar, afectando estómago, riñones e hígado. Permaneció semanas en el hospital hasta su deceso. Al investigar sobre su pasado, descubrí que había enfrentado problemas de alcoholismo debido a la depresión. Llenaba sus estados emocionales con música depresiva, reflejando el deseo de estar con su esposa quien lo había abandonado. Nos preguntamos por qué otras personas inmersas en el alcohol y las drogas viven más tiempo que este joven. La conclusión es simple: su energía emocional llegó al límite, causando su fallecimiento. La depresión, tristeza y culpa deben abordarse consciente y oportunamente para disfrutar más de la familia y la maravillosa vida que nos ha dado el Creador.

¿Cómo es el proceso de liberarse de la culpa?

Primero comprende que la culpa se expresa como autocastigo a nivel emocional. Es decir, a veces nos sentimos mal sin importar lo que estemos haciendo. Pensamos que deberíamos hacer las cosas de manera diferente, ya sea jugando golf, leyendo un libro en lugar de ver televisión o mejorando en diversas áreas. Entre el miedo a la vida y el miedo a la muerte, está la culpa del momento. Tratamos de ignorarla, pero eso no la soluciona. La culpa puede volver de formas negativas, como el autocastigo y problemas en nuestras vidas, tal como; accidentes, mala fortuna, la pérdida de trabajo, problemas en las relaciones interpersonales, trastornos físicos y enfermedades, el cansancio, el agotamiento, y las múltiples formas que la mente ingenia y que llevan a la pérdida del placer, la alegría y la vitalidad.

Podemos decir entonces que la culpa representa la muerte igual que el amor representa la vida.

Segundo, hazte consciente de lo que tu inocencia interior está aceptando como cierto. Explora tu interior y examina de dónde proviene esa culpa, de algo que alguien te dijo que era imposible perdonar. Cuestiónalo, desármalo y déjalo ir. 

¿Cómo logras esto?

Si sientes culpa, recuerda las situaciones que te generaron ese sentimiento. Luego, reconoce tu deseo de ser libre. Visualiza cada uno de esos momentos como un gran saco pesado, difícil de cargar, que te causa dolor y fatiga. Después, imagina a alguien que te dice: "Dame esas cosas, yo las llevaré". A esto se refiere el pasaje bíblico de Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.

Puedes visualizar a Mashiaj en tu mente si crees en Él. Siempre imagina que depositas esas cargas en Él. Observa cómo te liberas de ellas, y Él se aleja de ti. Empieza a sentirte libre de ese peso, sin esas cargas, y ten fe en ello.

El proceso comienza, viendo en tu interior y creyendo en las palabras de quien fue creado para tu libertad y para que tengas vida y no muerte. Juan 10:10b yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia

Una vez que has liberado esas cargas de tu interior, debes llenar ese vacío con una energía superior y más elevada para equilibrar tu sistema, a eso se refería Yeshua en Mateo 11:29-30 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.

Ese yugo es un símbolo de equilibrio. Un yugo se lleva entre dos. Nuestro maestro nos estaba diciendo, no estas solo yo te ayudo, mírame a mi y hazlo tu. 

Yeshua irradiaba amor, gozo, paz, tranquilidad, mansedumbre, humildad, etc. Él desea que te equilibres con Él, experimentando esos sentimientos y emociones livianos, ya que no pesan, sino que te brindan la paz y la libertad que todos anhelamos cada día.

El trabajo es largo al principio, pero se hará un habito que no notaras a la larga, será algo normal en ti mientras mas practiques este ciclo de reconocer, sentir y dejar ir.

Se libre!

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