La fascinación por el conocimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad. La búsqueda por comprender lo desconocido, con la intención de influir en el mundo conocido, revela una intrínseca satisfacción que experimenta el ser humano al ejercer control. Este anhelo de poder, ligado a nuestra naturaleza, se explora de manera única en el relato hebreo que narra la formación del hombre. En este texto, se resalta un mensaje peculiar: la palabra "formó" se representa con dos letras Yod (י), como se observa en וַיִּיצֶר . En el paleohebreo, la letra Yod simboliza un brazo o una mano. Según los sabios judíos, la presencia de dos brazos en la palabra hebrea "formó" sugiere que el Creador otorgó al hombre la opción de elegir el rumbo de su destino, ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda. Este concepto resuena en Deuteronomio 30:19, donde se insta al hombre a escoger entre la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Así, al hombre le
Este blog explora más allá del simple texto bíblico, animando a una comprensión más profunda que va más allá de la interpretación literal. Ofrece a los lectores una visión personal que combina ideas de diferentes fuentes, buscando enriquecer nuestro entendimiento tanto en términos seculares como bíblicos.